20 jun 2014

Ruta de Deiá al puerto de Sóller


En el norte de la isla de Mallorca se encuentra la sierra de laTramontana que la recorre de este a oeste. La sierra esta salpicada por una serie de bonitos pueblos totalmente integrados en el paisaje, gracias a estar sus edificios construidos con la piedra típica mallorquina (marés) que es color arena. 

La ruta comienza en uno de estos pueblos, Deiá. 

 


Dejamos el coche en un aparcamiento a la salida del pueblo, indicado para senderistas. 
Bajamos hasta Cala Deiá, donde pensábamos darnos un baño pero había mucha gente, así que seguimos nuestro camino que desde la cala nos lleva bordeando la costa hasta el puerto de Sóller. 



En realidad desde la cala salen dos caminos, el primero es un sendero interior que indica dos horas diez minutos a Sóller y el segundo (el que elegimos) es el que bordea la costa, es más largo, más difícil y acaba en el puerto de Sóller. El pueblo y el puerto están alejados uno del otro por cuatro kilómetros, por lo que siempre podremos alargar la caminata sin importar la opción que escojamos. 


El camino que escogemos nos impresiona por su belleza, el color turquesa del mar, el verde de los pinos, los distintos tonos de ocre de la tierra y las piedras, las rocas que sobresalen en el mar....


Encontramos algunos pasos aéreos, muy cercanos al acantilado. Tuvimos que cruzar alguna finca abriendo verjas ó trepando por unas escalas de madera que pasan por encima de la valla y que están puestas para los senderistas, con la condición de que nosotros seamos respetuosos y dejemos las puertas cerradas como las encontramos para que los animales no se escapen y crucemos su finca sin molestar.


Dejamos la costa y comenzamos a caminar un rato,  por una carretera muy empinada, con magníficos chalets a ambos lados y por la que no pasaron apenas coches.


En cuanto la carretera se convirtió en camino de tierra otra vez comenzamos a ver las señales que nos indican cuanto nos queda para llegar nuestro destino.
Hasta ahora íbamos siguiendo marcas amarillas, azules o rojas, en forma de punto o flecha. A partir de aquí seguimos unos postes de madera con marcas rojas y blancas y con una flecha que nos indica la dirección a seguir, pues en algunos sitios, el camino está borrado.


Cruzamos campos y más campos de olivos y algarrobos, con  algunos árboles que parecían centenarios. 
En un recodo del camino divisamos, a lo lejos entre los árboles, el puerto de Sóller.


El puerto de Sóller es un lugar tranquilo y apacible, resguardado del viento y lleno de pequeños y encantadores restaurantes. Nos sorprende la cantidad de barcos que están tanto fondeados como amarrados. La razón es que este puerto es el único seguro de la costa norte, para pasar la noche y estar al abrigo del viento que azota esta parte de la isla de Mallorca,  la Tramontana. 



Hemos andado 14 km. por caminos de tierra, olivares y carretera. Si no nos importa hacer 4 km. más podemos acercarnos al pueblo de Sóller y tomar sus famosos zumos de naranja que tienen una merecida fama.


La ruta es lineal, solo de ida. Para volver al coche cogimos un taxi.


No hay comentarios:

Publicar un comentario