25 jun 2014

Tradición de la noche de San Juan


LA NOCHE DE SAN JUAN

La tradición de la noche de San Juan manda que durante el 23 de junio, que es la víspera del día de San Juan, salgamos al monte y recojamos algunas hierbas aromáticas y curativas: hinojo, hierba luisa, hierba de san juan, romero, malva, menta, madreselva... cada pueblo tiene sus preferencias respecto a las hierbas a recoger. Todas ellas tienen en común unas características especiales como un olor especial, ser medicinales y ser las mejores contra los maleficios.


Debemos introducir estas plantas en un recipiente con agua, recogida de siete fuentes naturales diferentes. Esta mezcla recibe el nombre de "cacho". Lo dejamos a la intemperie de la noche del 24 para que le de el rocío de San Juan, le otorgue cualidades magicas ó que San Juan lo bendiga.


Por la mañana, al levantarnos, debemos lavarnos la cara con el agua, pues durante la noche ha adquirido propiedades medicinales y estéticas ó dicho de otra manera, sirve para espantar el mal de ojo durante todo el año. Las hierbas se pueden secar y usar en infusiones ó quemarlas para espantar las brujas.



También existe la tradición de saltar hogueras como purificación y después, en las ascuas asar unas sardinas y hacer una queimada con un conjuro para espantar las brujas. La queimada se prepara con orujo, azucar, granos de café y limones troceados, se pone todo en un cacharro de barro y lo ponemos al fuego. Mientras se va quemando el alcohol, se va removiendo el contenido y levantando el liquido con un cucharón lo dejamos caer desde lo alto al tiempo que recitamos el conjuro:

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas.

Demos, trasgos e diaños, espritos das nevoadas veigas.

Corvos, pintigas e meigas, feitizos das menciñeiras.

Podres cañotas furadas fogar dos vermes e alimañas.

Lume das Santas Compañas, mal de ollo, negros meigallos,

cheiro dos mortos, tronos e raios.

Oubeo do can, pregón da morte; fuciño do sátiro e pé de coello.

Pecadora lingua da mala muller casada con home vello.

Averno de Satán e Belcebú, lume dos cadavres ardentes,

corpos mutilados dos indecentes, peidos dos infernais cús,

muxido da mar embravescida.

Barriga inútil da muller solteira,

falar dos gatos que andan á xaneira,

guedella porca da cabra mal parida.

Con este fol levantarei as chamas de este lume

que asemella ao do inferno,

fuxirán as bruxas a cabalo das súas escobas,

índose bañar na praia das areas gordas.

¡Oíde, oíde! os ruxidos que dan as que non poden deixar de queimarse na augardente,

quedando así purificadas.

E cando este brevaxe baixe polas nosas gorxas,

quedaremos libres dos males da nosa ialma e de todo embruxamento.

Forzas do ar, terra, mar e lume, a vos fago esta chamada:

si é verdade que tendes máis poder que a humana xente,

eiquí e agora, facede cos espritos dos amigos que están fora,

participen con nós de esta queimada.


De la queimada saldrá una llama azul, pero no debemos quedarnos admirándola mucho tiempo, porque el alcohol se consume y la queimada debe ser fuerte si no parecerá agua caliente.






Otro rito de esta noche mágica: las mujeres que quieran quedarse embarazadas deben saltar nueve olas en el mar para potenciar su fertilidad.

Este ritual se sigue desde hace muchos años en la playa de La Lanzada, en Pontevedra.




ORIGEN PAGANO DE LA NOCHE DE SAN JUAN
'La Noche de San Juan' es una celebración que hunde sus raíces en tradiciones de antes de la llegada del cristianismo y que se festeja en muchos puntos de Europa y América Latina, aunque está especialmente arraigada en España, Portugal, Dinamarca, Noruega, Suecia, Letonia, Lituania y Estonia.

En su origen pagano se trataba de celebrar la llegada del solsticio de verano,el día más largo del año, en el hemisferio norte, el 21 de junio, donde se prendía una hoguera y de ahí salían rituales y peticiones para todo el año. Se buscaba "dar más fuerza al sol", que hasta el invierno va perdiendo cada vez más fuerza. En algunos puntos como España y Portugal, se ha hecho confluir esta fecha con la llegada de San Juan, uniendo así ritual pagano con festividad cristiana. El cristianismo fue un experto en reciclar viejos cultos paganos.

Tras la llegada del cristianismo las tradiciones paganas fueron asimiladas dentro del calendario cristiano y la costumbre de encender hogueras quedó unida a la celebración del nacimiento de San Juan Bautista que, según el calendario cristiano se produjo el 24 de junio. Quedando fundidas las dos celebraciones aunque el solsticio de verano fuera el 21.


Uno de los antecedentes que se puede buscar a esta festividad es la celebración celta del Beltaine, que se realizaba el primero de mayo. El nombre significaba "fuego de Bel" o "bello fuego" y era un festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Después los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades. A la vez, rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y no dudaban en sacrificar algún animal para que sus plegarias fueran mejor atendidas.


Otra de las raíces de tan singular noche hay que buscarla en las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, que se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.




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