Esta ruta transcurre por el monte que se encuentra a espaldas de Sanxenxo. Comenzamos subiendo por Miraflores, siguiendo las indicaciones que nos llevan a Los Carballos de Aldariz.
Por el camino vamos disfrutando de las vistas de Sanxenxo, de la boca de la ría de Pontevedra, de las Islas de Ons y Cíes.
Estamos en primavera y el campo esta lleno de flores silvestres, entre ellas, la retama con sus flores amarillas que inundan todo el paisaje.
Al llegar a la fuente de Aldariz, empezamos a internarnos en el bosque de carballos, que entre corredoiras nos lleva hasta un camino asfaltado.
Hasta aquí la ruta coincide con la de las iglesias de Dorron y Bordons.
Seguimos el camino asfaltado hacia el oeste, hasta encontrar un senda a la izquierda que nos lleva al Con da Ventureira.
En este lugar, los lilainos (de Sanxenxo), van de romería el lunes de Pascua. Al lado del Con se reúnen familiares y amigos para pasar juntos el día.
Esta costumbre surgió a causa de una antigua leyenda.... "Un día una joven volvía del bosque de coger leña. Al pasar al lado del Con, se encontró con una moura*.
La moza les contó lo que le había sucedido. Al conocer la fantástica historia de la muchacha, muchos fueron los que se acercaron al Con da Ventureira para intentar encontrarse con la moura pero ésta nunca más volvió aparecerse.
Desde este lugar vemos unas hermosas vistas de Sanxenxo y Portonovo.
La vuelta la hacemos siguiendo por la carretera por el que veníamos que nos llevará de nuevo a sanxenxo.
Como nos habría gustado que la ruta tuviera menos asfalto, intentamos llegar al Con da Ventureira por una antigua corredoira en lugar de hacerla por la carretera, pero aunque conseguimos llegar, nos costó mucho trabajo y arañazos...
Es una ruta circular de 8km., por caminos asfaltados y corredoiras.
*En la mitologia gallega, las mouras o donas son mujeres bellísimas y encantadas que habitan en las fuentes, ríos, castros, mámoas y ruinas de antiguos monumentos. De cabellera rubia, ojos azules y piel blanca. Llevan vestidos blancos que cubren sus pies descalzos. Se sientan a orillas de los manantiales o ríos, donde lavan y peinan sus largos cabellos con peines de oro. Prometen tesoros y grandes riquezas a aquel que rompa su hechizo.
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