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20 jul 2014

Castro de Baroña- Puente medieval por la costa


En la ría de Muros y Noia, cerca de Porto do Son, se encuentra el Castro de Baroña. Este castro se diferencia de los demás por su ubicación, al nivel  y al borde del mar.
Impresiona, porque está muy bien conservado. Se distinguen perfectamente fosos y murallas defensivas de varios metros de espesor, la entrada principal con sus escalones y las casas, casi todas de planta redonda sin puertas ni ventanas, que son características de los castros anteriores a la romanización.

Comenzamos la ruta en la caseta de información que hay al borde de la carretera.

Un camino que sale al lado de la caseta nos acerca al castro. Enseguida llegamos al foso y a las dobles murallas. Entramos por la apertura donde estaba la puerta principal, nos paseamos entre las casas y subimos a unas rocas desde las que tenemos una visión general del castro.
Nos sentamos un rato a dedicarles un pensamiento a las personas que allí vivieron, quizás algún antepasado nuestro, imaginando, dada la pluviosidad y lo ventoso de la zona, como sería de dura su vida.





La entrada de la muralla defensiva tiene una especie de garita para la vigilancia.



En esta foto se ve las dos únicas casas que podrían tener una especie de entrada, en las demás no existe esta apertura, se cree que estarían a la altura del techo y en lugar de ventanas, en el centro del tejado tendrían un agujero que les serviría de ventilación.








Caminamos por el borde del mar porque como esta la marea baja, la playa del castro y la playa de Area Longa, están unidas. Como hace mucho calor, aprovechamos para darnos un baño.



Cuando empezamos a recorrer playas y acantilados, nos fijamos en unas marcas, puntos o flechas, de color naranja que nos acompañaban y que nos facilitaban la elección del camino cuando no lo teníamos claro.



Pasamos por la playa del Dique, un arenal pequeño en el que desemboca un río; por la playa de Queiruga, totalmente distinta a la anterior, es un arenal inmenso.

El problema de la ruta fue el tramo siguiente a esta última playa. Lo hicimos pegados a la costa, siguiendo las marcas naranjas, pero en una parte, el camino con sus marcas desapareció, se lleno de helechos y tuvimos que pasar por el borde de un campo de trigo y un tramo de tojos bajos de acantilado hasta volver a retomar el camino. La otra opción hubiera sido andar por el arcén de la carretera.... así que preferimos acabar con todas las piernas arañadas.


Legamos a la playa del río Sieira. Nos sorprendió la forma que da el río a la playa, al desembocar en ella.


Buscamos la forma de cruzar el río, porque sabíamos que subiendo por la otra orilla, llegaríamos a nuestro destino, el puente medieval.
Si hubiera estado la marea baja lo abríamos cruzado sin problemas, mojándonos solo los pies, pero estaba alta, así que nos dimos la vuelta y buscamos el camino por la carretera. En seguida lo encontramos, un panel nos dice que tenemos que adentrarnos 500 metros por un camino boscoso a la derecha de la carretera.

Encontramos el puente en un recodo del camino, totalmente fundido con la naturaleza


El puente medieval sobre el río Sieira, formaba parte del camino real que unía las parroquias de Xuño y Caamaño. Este puente construido en piedra de sillería, tiene un único arco que se sostiene solo por la presión que ejercen las piedras entre sí.


Para ir a Castro de Baroña desde Portosín y volver, pues es a donde habíamos llegado en barco y no teníamos coche, utilizamos el autobús de linea que va de Noia a Ribeira.

Para más información en Wikiloc, clicar aquí


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