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6 feb 2016

Sendas do Lerez


Las ultimas lluvias caídas durante mes del enero, han hecho que todas las "fervenzas", embalses y ríos gallegos se encuentren en su momento más pletórico.
Este es el momento que tenemos que aprovechar para disfrutar de ellos, antes de que las siguientes lluvias nos dificulten los pasos. 

Esta ruta discurre paralela al río Lerez. 
Antes de decidirnos a hacer este recorrido, dejamos que las aguas del río vuelvan a su cauce, pues de otra forma no podríamos hacerlo. 
La idea es caminar por la orilla del río que esta acondicionada para ello y cambiar de ribera en Ponte Bora, para volver a Pontevedra por la senda de los pescadores, aunque no sabemos en que estado nos la encontraremos después de las ultimas crecidas.


Dejamos el coche en un aparcamiento que hay al lado del Puente de los Tirantes en Pontevedra. Comenzamos el recorrido dejando a nuestra izquierda el puente peatonal que lleva a la "Illa das Esculturas", que dejaremos para el final.




Enseguida llegamos a la playa fluvial de Monteporreiro, desde la cual podemos ver la Illa das Esculturas y el Monasterio de San Salvador de Lerez.



Nos desviamos un poco del camino para sortear el puente del AVE que no nos deja seguir por la orilla.


Tuvimos suerte de poder ver multitud de pequeñas cascadas que vertían sus aguas en el río, pues seguro que en otro momento del año con menos lluvias, estarían secas.


Paseamos por un paraje espectacular. El río va muy crecido y sus aguas son transparentes con un bonito color esmeralda.
Vamos rodeados de árboles de aspecto invernal que reconocemos por sus hojas caídas en el suelo, castaños, robles, alisos...
Hay en el aire un aroma a mimosas ya florecidas, pues con las suaves temperaturas de este invierno, al igual que las prímulas, han adelantado su floración.


Llegamos a las ruinas abandonadas del balneario que aún conserva parte del edificio principal con la fuente de aguas medicinales en el interior.  
Fundado en 1904, "Aguas Lerez" se convirtió en una de las marcas comerciales más famosas de aquella época, exportándose a numerosos países del mundo las aguas embotelladas de su fuente, sobre todo a Argentina y Gran Bretaña.
Fue también un destacado centro de reunión, de la sociedad Pontevedresa de aquel tiempo, además de aristócratas, políticos y empresarios de todo el mundo.




A lo largo del río, vamos encontrando algunos molinos y casas en ruinas, además de pequeñas presas desmoronadas, hasta llegar al la gran presa de Bora.


En este lugar, subimos a la carretera y recorremos unos metros hasta llegar al puente que nos lleva a la otra orilla.
Nos costó trabajo encontrar la forma de alcanzar la orilla del río, una vez cruzado el puente. Lo conseguimos aprovechando las escaleras pertenecientes a una casa, que bordeamos por la izquierda hasta alcanzar el río.


Caminando por la antigua senda de los pescadores, vemos las huellas que ha dejado la ultima crecida de las aguas del río. Troncos y ramas amontonados por todas partes, árboles arrancados y hierbas secas enganchadas en las ramas de los árboles a una altura considerable.


La senda esta cortada en algunos puntos. Arboles que tenemos que saltar y arroyos que nos obligan a buscar nuevos sitios donde vadearlos.
En uno de los arroyos más complicados de cruzar, tuvimos que subir su cauce unos metros, internándonos en un sorprendente bosque de bambúes, hasta encontrar un paso que pudiéramos atravesar sin mojarnos.  


Este camino, por el que no es sencillo caminar,  nos acerca al lugar de A Piolla, donde el sendero vuelve a estar acondicionado.

Al llegar a A Fontaiña, encontramos un camino ascendente que nos acerca al Monasterio de San Salvador de Lerez, pudiendo aprovechar para visitarlo. También llamado San Benito de Lerez (San Bieito) ó parroquia del Divino Salvador de Lerez.


Se compone de una iglesia con un antiguo convento de monjas de la orden de los benidictínos, construido a finales del siglo IX  y principios del X. Tiene una fachada neoclásica del siglo XVIII, en la que podemos ver la imagen de San Benito en una hornacina.


Teniendo ya a la vista Pontevedra, nos adentramos en la Illa das Esculturas. En ella, varios artistas internacionales han dejado expuestas sus obras, siendo todas ellas de piedra para hacer un homenaje a la tradición gallega, ya que toda su arquitectura ha sido y está construida en granito.




En el blog de José Fariña, en el que escribe sobre esta isla, he encontrado este maravilloso poema de Celso Emilio Ferreiro que me ha parecido muy adecuado para ponerlo junto a estas fotos.

Longa noite de pedra

O teito é de pedra.
De pedra son os muros
i as tebras.
De pedra o chan
i as reixas.
As portas,
as cadeas,
o aire,
as fenestras,
as olladas,
son de pedra.
Os corazós dos homes
que ao lonxe espreitan
feitos están
tamén
de pedra.
I eu, morrendo
nesta longa noite
de pedra.

          Celso Emilio Ferreiro

Para más información sobre esta ruta pinchar aquí

Ruta circular de 13km. por caminos de piedra, arena y asfalto por la orilla del río, de dificultad fácil la ida y moderada la vuelta.

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