22 feb 2015

Ruta del Monte Santa Tegra - Sendero litoral de A Guarda



Comenzamos la ruta en coche, recorriendo la costa atlántica, desde Bayona hasta A Guarda. Nos paramos a admirar la zona de Cabo Silleiro, donde el año pasado se midieron olas que batieron todos los records de altura.



Aparcamos cerca de las ruinas del antiguo faro y desde allí pudimos ver la figura del nuevo, recortado en el cielo, que se eleva a treinta metros sobre el nivel del mar. 


El primer faro construido en 1862, tenía un alcance de 17 millas. Era necesario aumentar su potencia y la unica manera de hacerlo, era contruyendo otro a mayor altura. El nuevo faro se inauguró  en 1924.


Disfrutamos del paseo en coche desde Cabo Silleiro hasta A Guarda, contemplando la inmensidad del océano Atlántico. 
Aparcamos el coche en el puerto y atravesando la villa llegamos al comienzo de nuestra ruta. 


Es el Pr-G 122, Camiños do Trega. Este primer tramo es un sendero bótanico en el que encontramos explicaciones sobre los alisos, avellanos, olmos....


Caminamos disfrutando de hermosas vistas del puerto de A Guarda, al que dejabamos cada vez más abajo.


El mirador de Areses, desde el que solo se ven árboles.... imagino que cuando lo construyeron, tendría unas vistas maravilosas.


Por fin llegamos al Castro del Monte Santa Tegra. Está situado en una posición estratégica, dominando por un lado la desembocadura del río Miño, con Portugal en la orilla de enfrente y por el otro, el Océano Atlántico.
Es un recinto amurallado del siglo II  a.c., con construcciones celtas, de planta redonda (con la creencia de que los espíritus no se quedarían retenidos en las esquinas), pero con una cierta influencia romana pués algunos castros tiene planta rectangular.  


Desde lo alto del monte Tegra, tenemos unas vistas espectaculares de 360º. La parte del curso bajo del río miño, con sus numerosas islas y Portugal en la orilla de enfrente. La desembocadura, donde las aguas del río se mezclan con las del océano, formando inmensas playas en el país vecino. La pedregosa costa atlántica que alcanza el puerto de A Guarda. 
Se recomienda hacer esta ruta con tiempo despejado para tener la maxima visibilidad posible y no perder ningún detalle del paisaje.


Desde la cumbre le dedicamos un recuerdo a la gente que un día vivió en esta zona que estuvo habitada desde 3.000 años a.c. hasta 300 años d.c, pués aquí se han encontrado petroglifos del neolítico.
La cumbre del Monte Tegra ha sido desde tiempos inmemoriales, un lugar de peregrinación. Encontramos una capilla románica, la ermita de Santa Tegra y dos viacrucis muy diferentes.  Uno muy sencillo, del siglo XVII y otro llamado Monumental, mucho más ornamentado, con relieves de bronce, construido en los años 20 a 40 del siglo XX.


La antiguedad y la modernidad se funden en esta foto tomada en la parte más alta de este monte, llamada pico de San Francisco. 





Comenzamos el descenso, por la ladera que lleva a la villa de Camposancos. Mientras bajamos, en cada recodo del camino, divisamos la desembocadura del Miño con la Isla Insua do Forte, ya en el océano.


Bajamos caminando entre acacias en flor y pinos, mientras vamos asomandonos a los diversos miradores naturales que tienen nombres curiosos como: Outeiro do lobo, Cruz do home, Pedra furada....


Alcanzamos la playa de Camposancos, en la que comienza un paseo de madera con el nombre de "Sendeiro do Litoral" y que recorre la costa atántica durante 6km., hasta A Guarda.


Vemos otra perspectiva de la isla portuguesa, la Insua do Forte. Esta isla estaba antiguamente habitada por monjes franciscanos, pasando después a ser un fuerte militar que defendia la desembocadura del río, construyendose entonces una fortaleza de planta estrellada sobre sus rocas.


Aquí las aguas dulces del Miño se mezclan con las saladas del Atlántico.


La figura del Monte Santa Tecla (en castellano), Tegra ó Trega (en gallego), desde la playa do Muiño.




Alcanzamos el puerto de A Guarda donde nos recibe esta escultura dedicada a los pescadores.


Una vez en el coche, recorremos de nuevo la costa atlántica, ya que nos habíamos quedado con ganas de hacer una pequeña parada en el Monasterio de Santa María de Oia. 
Ubicado en un lugar encantador, el monasterio nos sorprendió por tanto por su belleza como por sus llamativos colores a causa de la puesta de sol.


Ruta circular de 11km. por senderos de tierra y paseos de madera.

Para más infomación sobre la ruta en Wikiloc pinchar aquí


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