25 feb 2014

Ruta del río Umia



Esta ruta atraviesa el Concello de Ribadumia por las orillas del el río Umia. Comienza en la rotonda de Barrantes, allí hay un aparcamiento donde dejar el coche. 

El primer río que seguimos es el Armenteira que baja desde el monasterio  que lleva su nombre. Pasamos por delante de la bodega de albariño del Pazo de Barrantes. 




En unos minutos llegamos a la desembocadura del Armenteira en el Umia que es mucho más caudaloso. 
Por la orilla del Umia cruzamos campos cultivados y plantaciones de viñedos de albariño, típicos de esta zona. El primer puente que encontramos es el de Cabanelas, construido en 1950 en el lugar donde antes había uno de madera.

Puente de Cabanelas








                                               


El siguiente puente es el de Santa Marta con Ponte Arnelas al fondo, que para los peatones es de madera. Toma su nombre de la capilla que hay en el pueblo.


Capilla de Santa Marta

Cruzando el puente y recorriendo el río por la otra orilla, llegamos al puente romano de Pontearnelas o el Puente de los Padrinos, reconstruido en el siglo XVI, bajo el mandato de Felipe II, del que queda como testimonio, un escudo, una inscripción y un crucero sin cruz.


Puente de los Padrinos

Testimonio del antiguo puente romano de Pontearnelas





Leyenda del Puente de los Padrinos: 
Este puente es conocido por su rito de la fertilidad que se basaba en la superstición del bautizo prenatal.
Consistía en la llegada de la mujer embarazada al puente poco antes de media noche acompañada por dos familiares o amigos. La mujer tenía que llevar un caldero y una cuerda tan larga como la altura del puente.
La futura madre debía quedarse en el medio del puente y sus dos acompañantes, cada uno en un extremo para no dejar pasar a nadie hasta media noche. A partir de esa hora, la primera persona que cruzara el puente se ofrecía voluntariamente a apadrinar al bebé en el vientre de su madre y se consideraba una obra de caridad.     



La persona debía coger agua del río Umia con el caldero y la cuerda y debía verterla sobre el vientre de la mujer.
Cuando el bebé nacía, se repetía el bautismo en la iglesia, poniéndole el nombre de Alberto o Alberta en honor al Santo que aparece en el antiguo crucero con la imagen de San Alberto.

Volvemos por el mismo camino, 15km ida y vuelta aunque es posible hacerlo más corto. La ruta es un sendero llano de tierra muy preparado y señalado que va siempre por el borde del río.  Hemos disfrutado todo el camino de la vegetación ribereña que nos acompañaba, robles, sauces, alisos, laureles, pinos, eucaliptos.... y juncos entre los que se escondían algunas aves.  




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